Quemar los residuos es perjudicial para el humano

La incineración de residuos está suscitando polémicas en nuestro país. La pretensión de construir 21 plantas incineradoras de residuos sólidos urbanos, recogida en el Plan Energético Nacional, y de tres más para quemar residuos tóxicos y peligrosos, ha levantado a organizaciones ecologistas y ciudadanas contra estos proyectos a los que acusan de peligrosos y derrochadores. Francisco Serrano Martínez, director General del IDAE, Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, dependiente del Ministerio de Industria, ha manifestado a este periódico que «de los 11 millones de toneladas de residuos urbanos que España produce cada año, sólo incineramos el 6% frente al 24% que se incinera actualmente en la CE. Y las plantas suelen estar ubicadas en las zonas de mayor desarrollo económico y densidad demográfica.


Las incineradoras de basuras están incluidas en el Plan de Ahorro y Eficiencia Energética del PEN, y recibirán el 37,4% del total de subvenciones destinadas en el PEN a energías renovables, casi el doble que la siguiente energía subvencionada. Según Juan López de Uralde, portavoz de Greenpeace, «es absurdo que las incineradoras puedan considerarse como sistema de generación de energía renovable ya que las basuras no son un recurso natural ilimitado como la energía solar o eólica. Por otro lado, las incineradoras, suponen un despilfarro de energía comparadas con el reciclaje de basura, y el principal osbtáculo, precisamente para reciclar». Francisco Serrano, del IDAE, demuestra conocer a la perfección esas críticas contra las proyectadas incineradoras cuando dice que «la inclusión de los residuos sólidos urbanos entre las energías renovables responde al criterio manejado por la Comunidad Europea, en el sentido de que la generación de residuos, si bien no se origina a consecuencia de factores naturales sino de la actividad del hombre, previsiblemente se renovará indefinidamente, aunque puedan variar sus características». 

La quema de residuos produce emisiones gaseosas y genera restos en forma de cenizas y escorias, que son consideradas muy peligrosas por algunos científicos. Carlos Martínez, portavoz de Aedenat, comenta que «la Agencia Norteamericana de Medio Ambiente cita a las incineradoras de basuras como fuente de dioxinas y furanos, familias de compuestos que incluyen algunas de la sustancias más tóxicas conocidas, muchas de ellas potentes cancerígenos». Añade: «Esos compuestos se originan por la mezcla de diferentes tipos de basura, por lo que se puede decir que la incineración añade problemas a los generados por la basura». Es en este punto donde mayor contradicción hay entre el análisis de los ecologistas y la Administración, ya que según Francisco Serrano, director general del IDAE, «la utilización de la Incineración favorece la concentración en el tratamiento de los residuos y, por tanto, facilita su control y corrección frente a otras formas de eliminación que se pueden realizar de forma muy dispersa, y que se traduce en numerosos focos de impacto, de enorme intensidad, como vertederos incontrolados». Uno de los empeños de Francisco Serrano es hacer ver que los proyectos de incineradoras de la Administración se suman, con una alternativa más, a sus planes en la gestión de residuos, como la recogida selectiva de basura, la reducción en la generación de la misma, y el reciclado.

Pero para Carlos Martínez, de Aedenat, la incineración echa por tierra la posibilidad de reciclar; un tema en el que habría que invertir mucho, investigando y concienciando a la población. Además, el mundo de la empresa ha puesto sus miras en el reciclado, conscientes de su gran futuro».

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