Olvido Gara en la bola de cristal

Una de las mejores maneras de conocer a alguien es fijándose en sus ídolos o en sus mitos. Olvido Gara (que ya es una leyenda, entre otras cosas porque es una gran mitómana) es un ejemplo clarísimo de esto.

Se ha construido a sí misma, tanto física como intelectualmente, siguiendo las pautas de los artistas a los que admiraba. Desde la adolescencia (empezó en esto a los 14 años), allá por finales de los 70, cuando comenzó a visitar el rastro de la mano de El Zurdo y a participar en el colectivo La Liviandad del Imperdible, tuvo claro que tenía que buscar otra identidad. Encontró un nombre artístico en una canción de Lou Reed y compuso un look punk magnífico que fue el que llevó a Almodóvar a contratarla para Laberinto de Pasiones, donde protagoniza una escena de lluvia dorada, cuando aún era virgen, según ha declarado. Y es que lo contradictorio siempre ha tenido una coherencia pasmosa si pasaba por el filtro intelectual-intuitivo de Alaska.

Le gustan con la misma intensidad Los Ramones, el ¡Hola!, el glam, Divine, algunos grupos siniestros, la literatura sobre enteógenos y etnobotánica, la arqueología (está a punto de terminar la carrera), Rafaela Carrá, Raphael, la saga artúrica, petardear en las discotecas, las barbies y las hamburguesas, aunque es medio vegetariana. Todos esos gustos se han reflejado en la música y los grupos por los que ha ido pasando. Desde la etapa claramente punk de Kaka de Luxe (con canciones históricas como Viva el metro o Pero qué público más tonto tengo) hasta ahora, con Fangoria, grupo formado junto a su compañero musical de toda la vida, el genial Nacho Canut. 

Comenzó como una experimentación electrónica, con la que no pretendían tener mucho éxito y que con Naturaleza Muerta, el disco que presentan hoy, por segunda vez en cuatro meses en el mismo local, han conseguido un éxito que no alcanzaban desde la época de Dinarama, posterior a Pegamoides porque no han querido: Alaska estaba concentrada en sus estudios y Nacho siempre ha sido muy reacio a sacrificarse por la fama. Con esos dos grupos, Alaska consiguió algunos de los mejores momentos de su carrera. La combinación con Nacho y Carlos Berlanga era perfecta.


Además de la evidente capacidad musical de Alaska, lo cierto es que la mayoría de los españoles mayores de 45 años la conocen por el personaje, no por sus canciones. Y es que su vertiente petarda ha hecho que alguien con un aspecto rompedor, casi agresivo sea asimilado por la gran masa como si tal cosa. ¿La razón? La inteligencia y la exquisita educación de Olvido Gara. Diplomática, culta y respetuosísima. Esta chica de pelo rojo y maquillaje punk ha conseguido que lo diferente se acepte. También ayudó, claro, su papel en La Bola de Cristal, el mejor programa infantil que jamás se ha hecho en España y por el que los que ahora rondan los 25 años la convirtieron en su musa-madre-hermana mayor particular.  

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