Eva Mendes se quita la ropa en cuanto puede

Esta mañana, en Milán, Eva Mendes no ha yacido lo acostumbrado en brazos de Morfeo. El sueño y el jet lag del viaje desde Estados Unidos mantienen a raya su habitual descaro. La conversación es cabal y no proporciona los titulares convulsos con los que le gusta provocar a la prensa, del tipo Me encanta regar las plantas desnuda. 

Tampoco ahondará en terrenos escabrosos o políticamente incorrectos, como cuando hace un mes describió con todo lujo de detalles la guerra de flatulencias mantenida en un viaje a Nepal con Cameron Diaz. «Soy muy extravertida y suelto lo que se me pasa por la cabeza. A veces, esta espontaneidad me proporciona problemas, pero es mi forma de ser», dice para justificarse, en una entrevista en la que se muestra especialmente contenida.

Ha viajado hasta la ciudad italiana para presentar el calendario Campari 2008, del que es la única protagonista. Y también está inmersa en la promoción de su última película, La noche es nuestra, un thriller ambientado en el Nueva York de los años 80, en el que interpreta a la insegura novia puertorriqueña del dueño de un club frecuentado por gánsteres. El filme se inicia con una tórrida escena entre Eva Mendes y Joaquín Phoenix pero, a pesar del alto voltaje erótico de la secuencia, ella afirmó que su compañero de reparto era «inofensivo cual perrito», lo que no ha sentado nada bien al actor, quien no ha ocultado su enfado por haber visto ninguneada su hombría.


Eva es una rareza en el mojigato Hollywood. Constantes son las publicaciones y los anuncios en los que se exhibe ligera de ropa, y frontal fue su desnudo en Training day (Antoine Fuqua, 2001).La asunción sin complejos de su voluptuoso cuerpo la ha colado en las listas de mujeres más sexys del mundo. En las distancias cortas, sus rasgos marcados se armonizan y llama la atención la calidez y el lustre de su piel amelocotonada. La actriz, nacida hace 34 años en Miami, de padres cubanos, exhibe un envoltorio terso y ligeramente tostado, con una única y estratégica mácula: un lunar en la mejilla.

Su carrera se inició con vídeos musicales. Tras títulos olvidables como Los chicos del maíz V (Ethan Wiley, 1998) o A todo gas 2 (John Singleton, 2003), Eva Mendes está a punto de doblar la esquina que la separa de la primera división de Hollywood. A las campañas publicitarias del calendario Campari, la organización ecológica PETA y el nuevo perfume de Calvin Klein se suman el estreno del remake del clásico Mujeres (George Cukor, 1939) y de The Spirit, esperadísima adaptación de la tira cómica de Will Eisner a cargo de Frank Miller. Como guinda, ya que no hay celebrity que se precie que no fiche en alguna clínica de rehabilitación, Eva ha hecho lo propio pernoctando cinco noches en el mismo centro de Utah donde Lindsay Lohan trató sus adicciones.

YO DONA. ¿Por qué necesitó el director James Gray medio año para convencerla de que participara en La noche es nuestra?

EVA MENDES. No quería interpretar simplemente a la chica del protagonista, como ya me había sucedido antes en otras películas.James lo comprendió y desarrolló un personaje más complejo para potenciar mi importancia en la trama. Es, con mucho, una de las experiencias más importantes de mi carrera, alejada de estereotipos.

¿Se ha sentido encasillada por sus raíces latinas?

Por supuesto, pero día a día has de demostrar que no te ajustas al molde en el que quieren encajarte, que eres más que una etiqueta.En realidad, no fue un handicap, sino un ladrillo más que echar abajo en el muro que tenemos que franquear las mujeres en Hollywood.

¿Ha sufrido racismo, igual que su personaje?

Los Ángeles es una ciudad multicultural, así que probablemente fui objeto de comentarios racistas, pero ni reparé en ellos.Estoy segura de que, de haber sido criada en otro sitio, me hubieran dolido.

Ya ha trabajado en la adaptación al cine de dos novelas gráficas.¿Qué dificultades presenta prestar su físico a un personaje de cómic?

Es un reto, pero resulta divertido, porque toda la acción se desarrolla frente a una pantalla verde. Se parece a una clase de actuación, porque estás en un escenario vacío con la única compañía del resto de los actores y no hay nada que te pueda distraer.

En El motorista fantasma se atrevió a participar en algunas de las escenas de acción. ¿Le gusta prescindir de dobles?

El otro día me até a unos arneses y me sentí como una idiota, porque estaba colgada de un alambre mientras disparaba una pistola y repartía mandobles. Pensé que debía de tener una pinta ridícula pero, cuando vi el resultado en el monitor, exclamé: ¡Guau! ¿Estoy así de fuerte?. ¡Ahí estaban los músculos que he desarrollado yendo al gimnasio!

Milla Jovovich, Charlize Theron, Devon Aoki... ¿Es el momento de las superheroínas?

Creo que es una buena época para la mujer en general. El público quiere ver a chicas desempeñando este tipo de papeles, ya han interpretado demasiado tiempo el rol de la novia de.

Acaba de finalizar el rodaje de Mujeres, junto a Meg Ryan y Annette Bening. ¿Surgieron rivalidades entre el reparto?

Al ser todas de diferentes edades y provenir de distintos orígenes artísticos, no hubo competencia. Fue un set tan lleno de afecto y generosidad que fuimos como una piña y todas nos brindamos apoyo.

¿Sintió responsabilidad al interpretar el papel de Joan Crawford en la película original?

Odio la palabra responsabilidad. No soy responsable de nada, excepto de mí misma, por eso no tengo hijos. Pero sí, me sentí muy nerviosa, pensé que sus fans me iban a asesinar. Así que me preparé con mi entrenador, quien por cierto tiene un libro muy interesante, The power of the actor (El poder del actor).He aprendido que, si estás muy preparado para tu trabajo, el miedo sale por la ventana.

Acaba de debutar como productora en la sátira televisiva Live.¿Piensa repetir la experiencia?

Me aventuré en la producción porque me gustó mucho el guión.Es mejor intentar sacar adelante un proyecto que quedarse en casa llorando por la escasez de buenos papeles.

¿A qué programas de televisión dedican la trama?

La película se inspira en el tipo de espacio de Jerry Springer (un denostado talk show de la cadena norteamericana NBC en el que se exhibe a familias disfuncionales), pero no era nuestra intención flagelar ningún espacio concreto, sino despertar una reflexión en la gente sobre hacia dónde se dirige ahora nuestra sociedad.

Sin embargo, sí ha usado su popularidad con el fin de promover la lucha contra el cáncer en su campaña para Revlon.

No trabajo para promocionar productos con los que no estoy de acuerdo y que no respeto al cien por cien. Tengo que sentir una conexión, en caso contrario no puedo prestar mi nombre. En el caso de Revlon Red formo parte del grupo de personalidades que lo apoyan. Ayudo a recoger dinero para la investigación del cáncer femenino. Desde 1991, la firma ha recaudado más de 30 millones de dólares. Acuden cientos de mujeres que han superado la enfermedad o que han perdido a un ser querido. Resulta increíblemente emocionante escucharles compartir sus vivencias contigo. Es una de las experiencias más conmovedoras, alentadoras y espirituales que he vivido.

En su tiempo libre es aficionada al interiorismo. ¿Cuál es el último objeto con el que ha vivido un flechazo?

Una lámpara asombrosa que encontré en un anticuario de París.La verdad es que siempre estoy dando consejos a mis amigos. De hecho, acabo de redecorar el apartamento de mi hermana.

Hace un tiempo publicó un libro infantil de arte.

En Europa estáis rodeados de historia, de monumentos que tienen un pasado, pero yo crecí en Los Ángeles, donde un edificio de 1920 se considera muy antiguo. Escribí este librito para mis sobrinos, porque ellos también se han criado en la costa oeste y no han viajado fuera de EEUU. Quise instruirles culturalmente.

¿No ha descartado entonces la maternidad?

Amo tanto a mis sobrinos que no quiero ser madre. Llevo más de 10 años de relación con el productor George Gargurevich, pero es un signo de madurez en mí saber que no estoy preparada. Aun así, mi pequeño perro Hugo es tan mono, me ha enseñado tanto, que a lo mejor un día No sé.

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