Los antiguos limpiabotas

Sin ánimo de usurpar funciones al colega que tenga Luis Yáñez y sin voluntad de utilizar las carpetas y la fotocopiadora del chalé de El Viso de la Sociedad Quinto Centenario, este «Pasando revista» semanal bien puede convertirse en un dossier-resumen de Prensa de lo que damos de sí la Madre Patria y sus polluelos y la comunidad de repúblicas hermanas; y sin intención de concurrir en los recortes pegados a algún certamen periodístico del Quinto Centenario. Panamá, en primer lugar. Y la crónica en rosa, antes de la crónica en negro. 

Rosa, sí, porque el voluminoso presidente de aquel pequeño país, Guillermo Endara, anuncia en Hola su compromiso matrimonial con una joven de 24 años, Ana Mae Díaz; y la feliz pareja ya ha recibido un regalo de compromiso por parte del «amigo americano»: 420 millones de dólares de ayuda al país. Ese país, que se inventaron los americanos cuando hicieron una vía de agua en el continente, suele prestar su pabellón patrio a la marina mercante con papeles que esconder y a ahorradores internacionales de supercuentas. Y proporciona, además, asesores de tronío a la corrupción política española a diestra y siniestra. En Tiempo, Abel Caballero, el asesor panameño de Juan Guerra tranquiliza a éste («... está todo controlado..., solamente puede haber memorias, o sea papeles chungos...»), que corre el peligro, proclama su exclusiva Tiempo, de que vaya a la cárcel, que con Hacienda no se juega y en cuaresma fiscal Solchaga no duda, le da igual Lola flores o Juan Guerra; la cosa es dar ejemplo. 

En Tribuna, a la vez, le encuentran al caso Naseiro su vertiente panameña; que por la agenda del juez Manglano anda huido un estafador internacional llamado Lauro Lacio Juan -no es un seudónimo: nació en Valencia el 23 de septiembre de 1924, hijo de Lauro y Amparo-, con fuertes conexiones en Panamá. Con el asunto Palop y Sanchis parece estar relacionado el tal sujeto. El tal Sanchis, en un primer momento, por este deslumbramiento colectivo que padecemos los españoles por los indianos, que han hecho fortuna en América, nos pareció que poseía media República de Argentina y, por lo que se dice, no es para tanto. 

Tribuna dedica un reportaje a los antiguos limpiabotas, sean gallegos o no, que son los auténticos millonarios del país hermano, que sufre, entre otras crisis, la conyugal del presidente Menem, expulsado «manu militari» (quiero decir de forma contundente, no que la primera dama hubiera echado mano de los «carapintadas», siempre éstos tan deseosos de hacer maniobras) por Zulema Yoma, una mártir de los devaneos de su esposo. En Hola ven a la primera familia argentina al borde de la ruptura y en Lecturas convierten la crisis en una cuestión de Estado. Panamá, Argentina. Nada esta vez, de Vargas Llosa y del «chinito». 

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