Bruselas reclama más poder.

Con la estructura de Europa sometida a una profunda revisión, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, pidió ayer a los estados miembros avanzar hacia un proceso de cesión de soberanía económica en favor de la UE para «corregir las debilidades» que amenazan a la zona euro.

La propuesta de Barroso casa con la idea de reformular el Tratado de Lisboa para avanzar hacia una mayor integración económica de los Veintisiete, como defiende la canciller alemana, Angela Merkel. «¿Es necesario que estemos al borde del precipicio para entenderlo? Cualquier retroceso en este sentido nos llevaría a una desintegración de Europa», advirtió el jefe del Ejecutivo comunitario, que la semana pasada cifró en un 50% del PIB -alrededor de cinco billones de euros- el coste de una segregación de la zona euro. «Esta desintegración tendría un coste inconmensurable para Europa, pero también para el resto del mundo», afirmó.

Desde Bruselas defienden que no se trata de «renunciar a la soberanía» de los países miembros, sino de «compartirla» en favor de mayor poder de la eurozona para evitar futuras crisis. Porque el diagnóstico que hace el líder portugués de la actual situación deja a la vista la mala praxis en algunos países, refugiados bajo el paraguas de la unión monetaria. «Los países de la Eurozona se han beneficiado de lo que yo llamaría una ilusión de prosperidad, porque todos se han beneficiado de los bajos tipos y la estabilidad financiera asociados al euro. Pero no todos han hecho los esfuerzos de consolidación y convergencia necesarios», denunció.

La idea de la Comisión es reforzar la capacidad de intervención de la UE sobre los presupuestos o las cuentas públicas de un país que se desvíe de los objetivos de disciplina económica marcados por Bruselas. «No se trata de someter a la tutela económica a un país, sino de evitar la tentación de algo peor para evitar que las decisiones de un solo Estado miembro puedan perjudicar a todos los demás».

El próximo 23 de noviembre la Comisión presentará su propuesta para una mayor integración económica, entre la que se incluirán varias opciones para el lanzamiento de eurobonos. Este abanico contemplará alternativas que obligan a modificar los actuales tratados de funcionamiento de la UE y la zona euro, y que se debatirán por primera vez en la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del 9 de diciembre. Alemania pretende avanzar en una mayor supervisión comunitaria de los presupuestos de los Estados miembros, aunque se opone a la creación de una agencia europea de deuda que emita bonos conjuntos. Barroso también defenderá que los países de euro se expresen con una sola voz ante el FMI.

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